jueves, 9 de febrero de 2012

Europa enfrenta la tiranía ideológica de la cultura de la muerte

Consejo de Europa
Burgos (España) , 8 Feb. 12 (AICA) La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, formada por miembros de 47 países de Europa, aprobó recientemente (ver AICA 30 de enero) una resolución por la que recomienda prohibir la muerte asistida. En ella dice que “la eutanasia, en el sentido de la muerte intencional, por acción u omisión, de un ser humano en función de su presunto beneficio, siempre debe estar prohibida”. Añade, además, que cuando una persona decide acabar con la vida de un familiar enfermo no se debe admitir y que, en caso de duda, “la decisión siempre debe ser provida y a favor de la prolongación de la vida”.

Comentando esta resolución, el arzobispo de Burgos, monseñor Francisco Gil Hellín, envió este domingo a sus fieles burgaleses una carta pastoral en la que señala que, con esta resolución, Europa ha retornado a sus mejores caminos, y que la resolución constituye un paso por el camino que conduce hacia metas que hicieron grande a Europa, a la cabeza de las cuales está el reconocimiento de la dignidad que tiene toda persona humana por el hecho de ser persona.

Asimismo, hace suyos los conceptos del Presidente del Consejo Europeo, el diputado Luca Volontè, quien dijo: “Hemos peleado una buena batalla y la hemos ganado, gracias a Dios, en contra de una verdadera tiranía ideológica de la cultura de la muerte”.

Europa fue pionera en la protección de la vida humana
El arzobispo de Burgos dice en su carta que “una de las mayores conquistas de la civilización es, sin duda, el respeto y la protección de la vida humana. Más aún, de la vida en general, incluida la vegetal. Gracias al cristianismo, Europa ha sido pionera en este campo. Uno de los padres fundadores de la actual Unión Europea, Robert Schuman, pensaba que Europa podía convertirse en propulsora de una Unión Mundial, precisamente porque ella admite sin distingos que todos los hombres poseemos la misma dignidad, ya que todos somos personas. Plasmar esto en estructuras y leyes daría el resultado de un mundo en el que todos los hombres y mujeres de la tierra tendrían reconocidos los mismos derechos y obligaciones y, por ello, formarían una gran comunidad humana”.

Sin embargo, agrega monseñor Gil Hellín, “hay que reconocer que las clases dirigentes de Europa: políticas, económicas, culturales y sociales no han hilado fino en las últimas décadas en materia de protección de la vida humana. Pues mientras han dado pasos muy importantes en lo que se refiere al aprecio y protección de la vida animal y vegetal, en lo que respecta a la vida humana y, más en concreto, en la del no nacido, hemos dado muchos pasos hacia atrás. Se ha impuesto en la mayoría de las legislaciones ‘la ley del más fuerte’. De hecho, el asesinato del no nacido –dejemos de una vez el eufemismo ‘interrupción del embarazo’– está no sólo admitido y practicado sino propuesto como un derecho de la madre”.

Importante precedente a favor de la vida
“Ahora -afirma el prelado burgalés-, Europa ha retornado a sus mejores caminos, al dictaminar el Consejo Europeo que ‘la eutanasia debe ser prohibida siempre’ y, ‘en el caso de duda, la decisión debe ser siempre provida y a favor de la prolongación de la vida’. Con ello, el Consejo de Europa sienta un importante precedente a favor de la vida, ya que es la primera vez que una institución política europea se manifiesta de forma tan diáfana y contundente sobre la eutanasia”.

“Esta resolución es tanto más importante, cuanto que pone en difícil situación a los países que permiten la eutanasia, como Holanda y Bélgica. Es verdad que la resolución no es vinculante, pero se espera que estos Estados miembros sean conscientes de la norma establecida por la Asamblea Parlamentaria y tengan que revisar su propia legislación”, concluye la carta del arzobispo de Burgos.
 
Fuente: AICA

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