viernes, 29 de septiembre de 2017

Oración a San Miguel Arcangel por S.S. León XIII




San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con tu divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Secuencia del Espíritu Santo


Ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres. Ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.

Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de los hombres.

Tú eres descanso en el trabajo, templanza en las pasiones, alegría en nuestro llanto.

Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles.

Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente.

Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, cura nuestras heridas.

Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos.

Concede a tus fieles que confían en Ti,  tus siete dones sagrados.

Premia nuestra virtud, salva nuestras almas,danos la eterna alegría.

¡Amen! ¡Aleluya!

jueves, 17 de agosto de 2017

El chisme una forma de violencia

Una cosa es una noticia, y otra muy distinta el chisme. Estos últimos pueden nacer de las noticias o surgir de manera espontánea, como si tuvieran vida propia.

Vamos a platicar las características de un “chisme”. Para ellos tendríamos que remitirnos a la filosofía Socrática para darnos cuenta de lo que una “noticia” debe tener para ser un chisme.

Sócrates uno de los filósofos más grandes de la historia, decía que un chisme es:

- Falso: es decir, normalmente constituye una mentira, o cuando menos una verdad aderezada, así que deja de ser verdad.

- Malo: si lo que se dice de la persona es bueno, entonces no constituye un chisme, sino una murmuración. Porque el chisme, además de ser falso, lleva una muy mala intención.

- Inútil: o sea, no sirve para nada, como no sea para hacer que todos se concentren en el chisme y dejen de hacer su trabajo, si éste se da por ahí.

Este gran filósofo hablaba de tres filtros o preguntas que debemos hacernos antes de escuchar un chisme y hacerle caso:

1. Verdad: ¿estás seguro de que lo que me quieres decir es cierto en todos sus puntos?

2. Bondad: ¿lo que me quieres decir es por lo menos bueno?

3. Necesario: ¿es necesario o provechoso para alguien?
 
Si por lo menos alguna de estas respuestas es negativa: si lo que vas a contar o te van a contar no estás seguro de que sea cierto, no es bueno y ni siquiera es provechoso. ¿Por qué entonces hablar de ello?

He iniciado diciendo que el chisme es una forma de violencia ya que el peso moral sobre las personas causa más daño que un golpe físico.

Baja autoestima, inseguridad, depresión y hasta suicidio son algunas de las consecuencias que puede desencadenar este comportamiento de la vida diaria, y al cual se le da poca importancia.

El chisme se percibe como un fenómeno que, aunque potencialmente peligroso, es inevitable y se encuentra profundamente arraigado en las formas cotidianas de comunicación.

¿En qué consiste?

En “hablar de otros en su ausencia con el fin de degradarlos o sancionar sus conductas, que puede contener también una intención de venganza o de sacar provecho de una situación determinada”

Se realiza entre personas que tienen una relación cercana y supone, en muchos casos, una forma de pertenencia grupal.

El chisme puede identificarse como un acto de violencia que, sin implicar agresión física, ejerce una persona moral de mayor peso, de la que no es fácil apartarse, ya que daña profundamente la reputación, las relaciones personales y la autoestima.

El propósito del chismoso es demeritar al otro, acabar con su prestigio, hacerlo sentir mal. El común denominador del chisme es la “agresión”

Estrategias anti chismes:

- No creerlos sin verificarlos: no creas todo lo que te digan de otras personas, sobre todo si es malo.

- No te metas en ellos: aléjate de cualquier cosa que huela a chisme.

- No los fomentes: por muy sabrosos que puedan ser los chismes, estarás ayudando a crear una bola de nieve contra alguien más.

- No los propagues: y, desde luego, tampoco los inicies.

- No divulgues información no comprobada: aunque parezca cierta, recuerda que la gente tiende a creer en los chismes. Y si por algo compruebas una información que pueda perjudicar a otra persona, mejor cierra la boca.

Recuerda: los chismes ¡destruyen!. Somos mucho más propensos a creer las cosas malas que se dicen de alguien que las buenas.

Te invito a pensar en lo bueno que tienen los demás, a hablar de las cosas positivas que tienen quienes te rodean y a seguir el consejo que algún día escuche: “si no tienes nada bueno que decir de una persona, mejor no digas nada”



Fuente: catholic.net