martes, 3 de mayo de 2011

Que los legisladores pidan perdón a Dios por el “matrimonio” gay

La Plata (Buenos Aires), 2 May. 11 (AICA) El proceso de beatificación de Juan Pablo II “se ha desarrollado de acuerdo a las pautas establecidas pero en un tiempo muy breve, y eso se explica porque en este caso se ha dado de un modo eximio una de las condiciones para que un cristiano acceda al reconocimiento oficial de la Iglesia: la fama de santidad”, dijo el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en su mensaje televisivo del sábado.

Al destacar que quienes lo conocieron personalmente pudieron “observar que, efectivamente, era un hombre que vivía en una continua unión con el Señor”. En cuanto a su propia experiencia, dijo que le “impresionó siempre la preparación del Papa para la celebración de la misa y luego la prolongada acción de gracias después de celebrada la misa. Se veía que era un hombre que entraba en un ámbito de intensa oración. Era también muy notable su devoción a la Virgen María”.

También valoró su enseñanza, y destacó “cómo el magisterio de Juan Pablo II refiere todo lo que la Iglesia tenía que enseñar acerca del hombre en el mundo contemporáneo a la figura de Cristo Redentor, a la misericordia del Padre, a la presencia continua del Espíritu Santo, Señor y Dador de vida”, en un momento en el que “la Congregación para la Doctrina de la Fe tuvo que intervenir reiteradamente para corregir los errores teológicos que alteraban la fe católica y confundían a los fieles”.

“El Papa Juan Pablo II se ocupó, como todos recordamos, de cuestiones claves de la historia contemporánea -agregó-. Ejemplos son la caída de los regímenes de socialismo real, como se les llamaba; la ponderación con la cual presentó el juicio de la Iglesia en situaciones dramáticas en el escenario internacional y cómo animó, en sus viajes apostólicos, a las distintas comunidades católicas de todo el mundo. La defensa de la vida humana desde la concepción, la santidad del matrimonio y la familia, la objetividad y trascendencia de los valores morales fueron puntos clave de su enseñanza. Millones y millones de personas se reunían para escucharlo. A todos, y especialmente a los jóvenes les animó a dar un testimonio actualizado de Jesucristo”.

La delegación oficial
Por otro lado, valoró que la Argentina haya enviado una delegación oficial a la celebración y al respecto dijo lo siguiente: “He visto que la representación oficial de la Argentina es bastante numerosa. Está compuesta por un número notable de legisladores. Yo me permito, con todo respeto, deslizar una sugerencia: algunos de ellos podrían aprovechar esta circunstancia excepcional para pedir la intercesión del nuevo Beato de modo que Dios Nuestro Señor les perdone haber aprobado el año pasado en el Congreso de la Nación una ley inicua contraria a la enseñanza del Gran Pontífice, la ley que alteró la naturaleza del matrimonio en la Argentina”.

“Y todos nosotros invocaremos la protección de Juan Pablo II para que nos ayude, dentro de todas nuestras limitaciones y pobrezas, a dar un auténtico testimonio de Cristo en el mundo de hoy”, concluyó.


Fuente: AICA

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