miércoles, 6 de enero de 2010

¿Qué es un Jubileo?

Decimos que es una oportunidad, porque la Iglesia universal ha preparado una serie de celebraciones que nos ayudarán a comprender y experimentar aún más el amor de Dios. Ningún católico debe estar al margen de esta gran fiesta, es más, ninguna persona de cualquier credo debe ignorar cuanto nos ama Dios, y de eso somos responsables todos los bautizados: de que todos se enteren que "tanto amó Dios al mundo, que envió a su único Hijo para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna" (Jn 3,16); y este grandioso hecho sucedió en la historia, hace dos mil años. Por eso celebramos, por eso debemos de convencer a todo el mundo de que el amor de Dios está presente entre los hombres.

¿Qué es un Jubileo? Desde el Antiguo Testamento se celebran los jubileos (Cf. Ex 23, 10-11; Lev 25, 1-28; Dt 15, 1-6). Era un tiempo dedicado de un modo particular a Dios. Cada siete años se llamaba el "año sabático"; y cada cincuenta era el "año jubilar" –más solemne-. Como signo de fiesta se dejaba reposar la tierra, se liberaban los esclavos, se perdonaban las deudas. El objetivo de celebrar un año jubilar, era para devolver la igualdad entre todos los hijos de Israel. El año jubilar debía servir para el restablecimiento de la justicia social.

A partir del Nuevo Testamento, el Jubileo adquiere su verdadero y pleno significado:

Jesús de Nazaret fue un día a la sinagoga de su ciudad y se levantó para hacer una lectura (Cf. Lc 4,16-30) leyó, del Profeta Isaías, el siguiente pasaje: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me consagró. Me envió a traer la Buena Nueva a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor" Y añadió: "Hoy se cumplen estas profecías que acaban de escuchar".

Cuando San Pablo habla del nacimiento del Hijo de Dios lo sitúa en "la plenitud de los tiempos". En realidad, el tiempo se ha cumplido por el hecho mismo de que Dios, con la Encarnación, se ha introducido en la historia del hombre: la Eternidad ha entrado en el tiempo.

El tiempo, dimensión en la que se crea el mundo y se desarrolla la historia humana, culmina en la "plenitud de los tiempos" de la Encarnación y tiene su término en el retorno glorioso del Hijo de Dios al final de los tiempos (Parusía). En Jesucristo, Verbo encarnado, el tiempo llega a ser una dimensión de Dios, que en sí mismo es eterno.

Todos los jubileos se refieren a este "tiempo" del cumplimiento de las profecías y aluden a la misión mesiánica de Cristo, venido como "consagrado con la unción" del Espíritu Santo, como "enviado por el Padre". El Jubileo, "año de gracia del Señor", es una característica de la actividad de Jesús y no sólo la definición cronológica de un cierto aniversario.

Objetivo del Jubileo: Para la Iglesia, el Jubileo es verdaderamente aquel "año de gracia", año de perdón de los pecados y de las penas por los pecados, año de reconciliación entre los adversarios, año de múltiples conversiones y de penitencia sacramental y extrasacramental. Por eso la razón de toda la preparación previa.

Los dos mil años del nacimiento de Cristo –independientemente de la exactitud del cálculo cronológico- representan un Jubileo extraordinariamente grande no sólo para los cristianos, sino indirectamente para toda la humanidad, dado el papel primordial que el cristianismo ha jugado en estos dos milenios.

El término "jubileo" expresa alegría; no sólo alegría interior, sino un jubileo que se manifiesta exteriormente, ya que la venida de Dios es también un suceso exterior, visible, audible y tangible, como lo recuerda San Juan (Cf. 1Jn 1,1). Esto indica que la Iglesia se alegra por la salvación traída por Jesucristo.

Desde hace dos mil años, el tiempo está impregnado de la presencia de Dios y de su acción salvífica. Con este espíritu la Iglesia se alegra, da gracias y pide perdón, presentando súplicas al Señor de la historia y de las conciencias humanas.

Una de las súplicas de la Iglesia es que prospere la unidad entre todos los cristianos de las diversas confesiones hasta alcanzar la plena comunión. Y, desde luego, la Iglesia espera que, entre todos los discípulos de Cristo, unidos por el mismo Bautismo, incorporados a la misma Iglesia Católica, se dé verdaderamente la unidad, manifestada en la convivencia fraterna y solidaria entre todos sus miembros.

El Año Jubilar, "año de gracia del Señor", debiera tener los mismos signos de que Jesús habla al iniciar su misión mesiánica: "el anuncio de la Buena Nueva a todos los hombres", de lo que ahora somos responsables todos los cristianos.

Solamente conociéndolo y estando unidos al Señor, a través de la oración y los sacramentos, los cristianos podemos anunciar esa Buena Nueva que trae la "liberación a los oprimidos" por el pecado y las ataduras de este mundo para vivir este Jubileo, este Año de Gracia del Señor.

Al valorar el gran Amor del Padre que envió a su Hijo para enseñar al hombre el camino de regreso a casa, los cristianos deseamos –como el hijo pródigo- emprender ese camino por la vía de la reconciliación, con el Padre y los hermanos. Se vio el sacramento de la Confesión en su significado más profundo para disponerse a celebrarlo intensamente, buscando una auténtica conversión que libere al hombre del pecado y lo impulse a elegir el bien, manifestado por los valores éticos que la sociedad actual parece haber confundido y olvidado.

La intención final es hacer presente en el mundo la virtud teologal de la caridad, manifestada en acciones concretas como la promoción del hombre, sobre todo del pobre y del marginado. María, la hija predilecta del Padre, nos enseña con su vida cómo vivir esta virtud, al responder a Dios con disponibilidad plena, desde la Encarnación hasta la Cruz.

Fuente: http://www.rosario.org.mx, en ocasión del Jubileo del año 2000.

3 comentarios:

  1. Gracias por la explicación, sigue adelante con Jesus. Abrazos, mi querido hermano. Atte. Esmeralda de México.

    ResponderEliminar
  2. cuando le da sentido pleno jesucristo al jubileo en el nuevo testamento?

    ResponderEliminar
  3. Hola! como estas? le da un sentido pleno desde la misma Encarnación del Hijo de Dios. El Salvador, el Mesias esta entre nosotros.. Dios con nosotros... "Me envió a traer la Buena Nueva a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor" Lc. 4, 16ss

    ResponderEliminar