martes, 27 de septiembre de 2011

Aliento del Papa hacia la unidad con los ortodoxos

Benedicto XVI en Friburgo, Alemania.
Friburgo (Alemania) , 25 Set. 11 (AICA) Benedicto XVI llegó a la ciudad de Friburgo, enclave en plena Selva Negra y conocido por su oposición a la Reforma protestante, convirtiéndose así en un importante bastión católico en la Región del Alto Rhin.

En la iglesia catedral dedicada a Nuestra Señora, el Santo Padre adoró al Santísimo Sacramento, rezó el Angelus y saludó a un grupo de religiosos y religiosas de la Región, así como a algunos enfermos. Luego, Benedicto XVI, a la salida de la catedral, saludó a la población reunida en la Plaza, y manifestó su alegría por estar con ellos en Friburgo.

Tras el encuentro con la ciudadanía de Friburgo, el Santo Padre se trasladó a su residencia, el Seminario arzobispal de Friburgo, donde mantuvo un encuentro protocolar y a puerta cerrada con el ex canciller alemán Helmut Kohl, y su esposa.

Kohl, un convencido europeísta y artífice de la reunificación alemana, iniciada con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 y formalmente concluida el 3 de octubre de 1990, fue canciller federal de la Alemania reunificada hasta 1998.

Luego, en el mismo seminario arzobispal de Friburgo, el Papa mantuvo un encuentro con 15 representantes de las Iglesias Ortodoxas y Ortodoxas Orientales. “Un encuentro ‘amistoso’, dijo el Pontífice, con la Ortodoxia, la Comunidad cristiana teológicamente más cercana a nosotros”.

Actualmente, en Alemania, viven aproximadamente un millón seiscientos mil cristianos ortodoxos y ortodoxos orientales. Entre los temas de diálogo con los ortodoxos, Benedicto XVI subrayó el del Primado del Papa.

"Es igualmente importante continuar el trabajo para aclarar las diferencias teológicas, porque su superación es indispensable para el restablecimiento de la plena unidad, que deseamos y por la que oramos. Hemos de continuar nuestros esfuerzos de diálogo en la cuestión del primado, para su justa comprensión”.

“Aquí las reflexiones acerca del discernimiento entre la naturaleza y la forma del ejercicio del primado, como lo hizo Juan Pablo II en la encíclica “Ut unum sint”, pueden darnos aún impulsos fructuosos".

El Papa dijo estar “contento” de los resultados obtenidos de este diálogo, que hace crecer la recíproca comprensión y el acercamiento mutuo.

Benedicto XVI auguró, en su discurso, que aumente la comunión interna en la Ortodoxia, y que se pueda celebrar el Concilio panortodoxo, pendiente desde hace casi cien años.

Este Concilio, que aún no tiene fecha prevista, fue anunciado en junio de 2010 por el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, y reuniría a todas las ramas de la Ortodoxia.

Actualmente, -según una información de la agencia Zenit-, los trabajos de preparación del Concilio se encuentran en un cierto stand-by por falta de acuerdo, especialmente entre el Patriarcado de Constantinopla y el de Moscú, sobre la cuestión de la autocefalía.

Estas palabras de aliento del Papa son importantes, pues la Santa Sede considera que la celebración de este Concilio supondría un paso muy importante en el camino hacia la unidad de los cristianos.

En este sentido, consideró muy positiva la fundación de las Conferencias Episcopales Ortodoxas, allí donde estas Iglesias se encuentran en la diáspora, subrayando su alegría de que “también en Alemania el año pasado se haya dado dicho paso”.

“Que las experiencias que se viven en estas Conferencias Episcopales refuercen la unión entre las Iglesias ortodoxas y hagan avanzar los esfuerzos en favor de un concilio panortodoxo”, auguró el Papa.

“Repito lo que ya he dicho en otras ocasiones: entre las Iglesias y las comunidades cristianas, teológicamente, la Ortodoxia es la más cercana a nosotros; católicos y ortodoxos poseen la misma estructura de la Iglesia de los orígenes. Por ello, podemos esperar que no esté muy lejano el día en que de nuevo podamos celebrar juntos la Eucaristía”, añadió.

Compromiso común de los cristianos a favor de la vida
"En la actual tendencia de nuestro tiempo, en que son bastantes los que quieren, por así decir, “liberar” de Dios a la vida pública, las Iglesias cristianas en Alemania, entre las cuales están también los cristianos ortodoxos y ortodoxos orientales, fundado en la fe en el único Dios y Padre de todos los hombres, caminan juntas por la senda de un testimonio pacífico para la comprensión y la comunión entre los pueblos".

La fe en Dios, creador de la vida, y el permanecer absolutamente fieles a la dignidad de cada persona -afirmó el Santo Padre- fortalece a los cristianos para oponerse con ardor a cualquier intervención que manipule y seleccione la vida humana.

"Por otra parte, conociendo como cristianos el valor del matrimonio y de la familia, nos preocupa, porque es importante, preservar de toda interpretación errónea la integridad y la singularidad del matrimonio entre un hombre y una mujer. En este sentido, el compromiso común de los cristianos, entre los que se encuentran numerosos fieles ortodoxos y ortodoxos orientales, ofrece una contribución valiosa a la edificación de una sociedad con futuro, en la cual se dé el debido respeto a la persona humana".
 
 
Fuente: AICA

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