domingo, 16 de enero de 2011

Vivir caminando

"El mayor sufrimiento del hombre
le viene de su falta de visión” Juan Pablo II

Caminamos por esta vida dando numerosos pasos. Pasos que se suman progresivamente y que poco a poco van marcando nuestro itinerario vital.

Al final de un año, podemos apreciar cuántos pasos hemos dado en nuestras vidas, cuántos de ellos han sido certeros y cuántos han sido dados sin derrotero alguno.

Cuando se nubla la meta y se difumina ante nuestra vista el fin tras el que corríamos, la ceguera del sinsentido comienza a oscurecernos. Al mirar la ribera de nuestra existencia vemos con asombro la cantidad de pasos perdidos y las huellas sin rumbo. Vemos que, muchas veces, hemos corrido en vano, que hemos andado sin avanzar, que hemos vivido sin amor momentos tan preciosos como fugaces.

Ahora, con los pies ampollados y doloridos del trayecto recorrido en este año, es cuando comprendemos que lo importante no era el dar muchos pasos, ni la velocidad de las zancadas, sino el horizonte que quisimos conquistar con cada uno de ellos. En medio del crucero del ayer, del hoy y del futuro, percibimos con claridad la necesidad de una mirada amplia que rompa la frontera de lo inmediato y episódico.

¿A dónde vamos? Contemplando las huellas dejadas a nuestras espaldas la respuesta, tal vez, será la escarcha incierta del no saber. Podría ser que al plantearnos esta pregunta encontremos que hemos caminado sin una meta clara haciendo de nuestras vidas un laberinto sin rumbo fijo, como minotauros que enredan su propio destino. También podría ser que con alegría y gratitud veamos que los pasos dados están todos, o la mayoría, dirigidos al Cielo y a la eternidad.

Coloquemos la mirada en el presente. Pensemos el rumbo que queremos para este nuevo paso palpitante y caliente que está en sus inicios. Antes de darlo determinemos bien el destino y la estrella a la que se dirigirá. Así, en los pequeños pasos de cada día, lograremos atravesar la vida con sentido. Como dice José Luis Martín Descalzo, “no se ama todo de golpe: cada día tiene su pequeño amor. Y sólo con muchos pasos de pequeño amor se logra atravesar la noche”.

Entonces podemos conquistar con ilusión la cima de Dios que tanto anhela nuestro espíritu. Que nuestros horizontes, al ascender, se amplíen cada vez más. Que las pisadas dejadas en el pasado hereden a nuestro presente esperanza y paz. Importa no perder la visión que guíe –parafraseando a Antonio Machado- “el camino que hacemos al andar”.

Es menester dejar huella en nuestro paso terreno. Pero no una cualquiera, sino una huella que grite rebelión contra la falta de sentido. Una huella que le dé corazón a la humana existencia. Una huella ansiosa por encontrarse con Dios. Una huella que, a pesar de ser terrena, reverbere eternidad. Una huella que llene de luz las penumbras que nos rodean.



Autor: Pablo Yeudiel González | Fuente: Catholic.net

Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el próximo 1 de mayo

Ciudad del Vaticano, 14 Ene. 11 (AICA) El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, informó hoy que el papa Benedicto XVI beatificará a Juan Pablo II el próximo 1º de mayo, segundo domingo de Pascua, al que el papa Wojtyla declaró Domingo de la Divina Misericordia.

Sobre la beatificación de Juan Pablo II se publicó hoy una nota informativa de la Congregación para las Causas de los Santos en la que se señala que este viernes 14 de enero “durante la audiencia concedida al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el Papa autorizó a este dicasterio a promulgar el Decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyla). Este acto pone fin al proceso que precede al rito de beatificación”.

El texto explica luego que la causa de beatificación de Juan Pablo II se inició antes de que transcurrieran los cinco años desde la muerte del Siervo de Dios, que exigen las normas vigentes, gracias a una dispensa pontificia, debido a "la imponente fama de santidad de la que gozó Juan Pablo II en su vida, en la muerte y después de la muerte. Por lo demás, se observaron en su totalidad las disposiciones canónicas comunes acerca de las causas de beatificación y canonización".

"De junio de 2005 a abril de 2007 tuvieron lugar la investigación diocesana principal romana y las rogatoriales en diferentes diócesis, sobre la vida, las virtudes y la fama de santidad y de milagros.

La validez jurídica de los procesos canónicos fue reconocida por la Congregación para las Causas de los Santos con el Decreto del 4 de mayo de 2007.

En junio de 2009, examinada la "Positio" (expediente de la causa), nueve consultores teólogos de la Congregación dieron su parecer positivo sobre la heroicidad de las virtudes del Siervo de Dios.

En noviembre, siguiendo el procedimiento habitual, la misma "Positio" fue sometida al juicio de los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos, que se expresaron con sentencia afirmativa.

"El 19 de diciembre de 2009, el Sumo Pontífice Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre la heroicidad de las virtudes.

"En vista de la beatificación del Venerable Siervo de Dios, la postulación de la causa presentó al examen de la Congregación para las Causas de los Santos la curación de la "enfermedad de Parkinson" de la hermana Marie Simon Pierre Normand, religiosa del Institut des Petites Soeurs des Maternités Catholiques.

"Como es habitual, las numerosas actas de la investigación canónica, regularmente instruida, junto con los detallados exámenes médico-legales, se sometieron al examen científico de la Consulta Médica de la Congregación para las Causas de los Santos, el 21 de octubre de 2010.

Los expertos, indica el texto, tras haber estudiado con la habitual minuciosidad los testimonios procesales y toda la documentación, se expresaron a favor de que la curación era científicamente inexplicable.

Los consultores teólogos, tras haber revisado las conclusiones médicas, el 14 de diciembre de 2010 procedieron a la valoración teológica del caso y reconocieron por unanimidad la unicidad, la antecedencia y la invocación coral dirigida al Siervo de Dios Juan Pablo II, cuya intercesión había sido eficaz para la curación milagrosa.

El comunicado concluye indicando que el 11 de enero de 2011 se celebró la Sesión Ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos que "emitió un fallo unánime y afirmativo, considerando milagrosa la curación de la hermana Marie Simon Pierre, en cuanto realizada por Dios de modo científicamente inexplicable, después de interceder al Papa Juan Pablo II, invocado con confianza tanto por la misma persona curada como por muchos otros fieles".

Traslado de los restos de Juan Pablo II

Al anunciar la beatificación del 1º de mayo próximo, la Oficina de Información de la Santa Sede informó que los restos e Juan Pablo II serán trasladados de las Grutas Vaticanas a la Basílica de San Pedro.

El lugar elegido es la capilla de San Sebastián, debajo del altar del papa beato Inocencio XI, situada a la derecha de la basílica, entre la capilla de la Piedad de Miguel Ángel y la del Santísimo Sacramento.

El traslado del ataúd se realizará sin exhumación: por tanto el cuerpo del papa Karol Wojtyla no será expuesto, sino que se mantendrá cerrado por una lápida de mármol, en la que se puede leer "Beatus Ioannes Paulus II".

La tumba de Juan Pablo II en las Grutas Vaticanas atrae más de veinte mil peregrinos diarios, muchos de los cuales dejan flores, cartas o recuerdos sobre la lápida blanca de mármol de Carrara.

Ahora, Juan Pablo II será amigo e intercesor del pueblo

El secreto de la santidad de Juan Pablo II no está tanto en sus obras, sino en la fe y amor que las hicieron posibles, y ahora se convierte en amigo e intercesor del pueblo, dijo el padre Federico Lombardi SJ, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, al explicar el anuncio de la aprobación por parte de Benedicto XVI de un milagro atribuido a la intercesión de Karol Wojtyla, que abre las puertas a su beatificación.

Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, cuando litúrgicamente la Iglesia había entrado en el domingo de la Divina MisericordiaMisericordia.

"La Iglesia reconoce que Karol Wojtyla dio un testimonio eminente y ejemplar de vida cristiana, es un amigo y un intercesor que ayuda al pueblo en camino a dirigirse a Dios y a encontrarse con Él", reconoce el padre Lombardi en el editorial del último número de "Octava Dies", semanario del Centro Televisivo Vaticano.

"Por más extraordinarias que sean, no estamos concentrando la atención en las obras de Juan Pablo II, sino en su manantial espiritual, su fe, su esperanza, su caridad", afirma.

"Las obras hay que admirarlas precisamente porque son expresión de la profundidad y de la autenticidad de su relación con Dios, de su amor por Cristo y por todas las personas humanas, comenzando por los pobres y débiles; de su tierno amor filial con la Madre de Jesús", asegura el portavoz.

El padre Lombardi considera que Juan Pablo II es recordado, de este modo, "en su profundo y prolongado recogimiento en oración; en su deseo por celebrar y anunciar a Jesús redentor y salvador del hombre, por darlo a conocer y a amar a los jóvenes y a todo el mundo; por su atención afectuosa a los enfermos y a los que sufren, por sus visitas a los pueblos más necesitados de comida y justicia; por último, en su paciente y auténtica experiencia de sufrimiento personal, de enfermedad vivida en la fe, ante Dios y ante todos nosotros".

"Su vida y su pontificado han quedado caracterizados por la pasión de dar a conocer a todo el mundo en el que vivió, el mundo de nuestra dramática historia en el paso de dos milenios, la consoladora y entusiasmante grandeza de la misericordia de Dios. Es lo que necesita el mundo".

"Por ello –concluye-, tendremos la alegría de celebrar la beatificación en el día en el que él mismo quiso que la Iglesia dirija su mirada y su oración a la Divina Misericordia".
Fuente: AICA