jueves, 6 de noviembre de 2014

Seis consejos para mantener lejos al demonio

ROMA, 06 Nov. 14 / 02:03 am (ACI/EWTN Noticias).- Valter Cascioli, médico psiquiatra y portavoz de la Asociación Internacional de Exorcistas, ofreció seis consejos para evitar las asechanzas del demonio.

En una entrevista concedida a ACI Prensa el 31 de octubre, Cascioli recordó que el demonio es real y la Biblia lo recoge hasta en 118 citas, 34 en el Antiguo Testamento y 84 en el Nuevo Testamento, donde el diablo aparece con distintos nombres como satanás, el maligno, o el príncipe de este mundo.

A partir del Nuevo Testamento, Cascioli explica que el exorcismo “es un ministerio de consolación y de liberación” que “nos lo delegó Jesús a través de los apóstoles, a los discípulos, y en la sucesión apostólica a los obispos y a los sacerdotes que ellos nombran, los sacerdotes exorcistas”.

“La tarea es la de proteger de la influencia del maligno y liberar a esas personas que son víctimas”, añade.

Cascioli asegura que para mantener lejos al demonio, los cristianos deben vivir la propia fe, estar en gracia de Dios,seguir el magisterio de la Iglesia Católica y seguir los Diez Mandamientos, pero además, afirma que se pueden seguir “unas simples reglas” que pueden ayudar mucho:

1. Convertirse a Cristo: “Cambiar de vida, quien vive en el pecado debe decidirse por Cristo”.

2. Confesarse: “No hay sacramento más importante que el de la confesión, la reconciliación, el perdón. Hay muchas personas que viven de las consecuencias del mal a causa del no perdón”.

3. Participar en la celebración de la Eucaristía: “Aconsejamos a todos a vivir una vida sacramental, y después de la confesión es necesario el sacramento de la Eucaristía dentro de la celebración eucarística”.

4. Hablar con Dios. La oración es muy importante, porque atrae la gracia de Dios y protege de muchas cosas.

5. Profundizar en nuestra fe con la comunidad. Cascioli explica que las personas en dificultad deben hacer un camino de fe dentro de la Iglesia, y seguir una comunidad o un movimiento eclesiástico. “Nosotros citamos uno: Renovación Carismática Católica, que cuenta con más de 100 millones de personas”.

6. Alejarse del pecado es alejarse del diablo. “Demasiadas personas vienen a nosotros porque tienen miedo del diablo, pero no tienen miedo del pecado, no se protegen. Por eso es fundamental evitar estas consecuencias nefastas, físicas, psicológicas, morales, espirituales”.

El experto explicó que muchas personas sufren por años antes de ser liberadas del maligno. “Cuando vemos que se convierten a Cristo, cuando confiesan sus pecados, cuando toman distancia de una vida desordenada, es cuando consiguen liberarse, la serenidad y la paz vuelven a ellos y se curan”, y “si estas reglas fueran aplicadas podrían ayudar a muchas personas”

El experto afirma que el aumento de estos fenómenos obedece a la disminución de la fe en la sociedad y al aumento del interés y las prácticas relacionadas con el mundo del esoterismo, ocultismo y satanismo.

Sobre la extendida celebración de Halloween la noche previa a la Fiesta de Todos los Santos, Cascioli explica que esa noche esconde una problemática muy seria bajo la ridiculización de la muerte.

“No sé si todos conocen la realidad detrás del ‘truco o trato’ de Halloween… Se convierte en un pretexto para atraer a los jóvenes en fiestas donde por desgracia haría mucho bien alejarse”.

“Para los ocultistas y los satanistas –afirma-, la noche del 31 de octubre es precisamente una ocasión propicia para cumplir ritos mágicos, sacrilegios, profanaciones de cementerios y maleficios, porque en este día se celebra el fin de año satánico. Razón por la que se hacen misas negras, ritos de adoración, de iniciación y de consagración a satanás”.

Por último, el experto señala que aunque la Asociación Internacional de Exorcistas está formada por 250 exorcistas, existen muchos más en el mundo. “Sabemos que en algunos países del mundo no tienen exorcistas, la actividad demoniaca y sus consecuencias están extendidas por todo el mundo. No es un fenómeno socio-cultural, está extendido en todo el mundo, y esto nos dice muchas cosas”.

El psiquiatra indicó que el número de exorcistas ha aumentado en los últimos años, aunque todavía existen países en el mundo que necesitan la presencia de estos. “Yo digo siempre que es una exigencia, se está convirtiendo en una emergencia pastoral porque está en aumento el número de molestias debido a la actividad demoniaca extraordinaria, posesiones y obsesiones con el demonio están en aumento, por tanto, se está convirtiendo en una emergencia pastoral y surge la necesidad de hacer frente a esta situación, especialmente gracias a la obra de los exorcistas”, concluyó.
 
Fuente: ACI Prensa

lunes, 3 de noviembre de 2014

El Papa a los carismáticos: "Busquen la unidad sin temer la diversidad"

"Busquen la unidad que es obra del Espíritu Santo y no teman a la diversidad", dijo el papa Francisco al saludar esta mañana en el Aula Pablo VI a un millar de miembros de la Catholic Fraternity of Charismatic Covenant Communities and Fellowship (Fraternidad Católica de las Comunidades y Asociaciones Carismáticas de Alianza) que celebra en estos días su congreso dedicado al tema "Alabanza y adoración para una nueva evangelización".

''La unidad no es uniformidad, no es hacer todo juntos obligatoriamente... ni tampoco perder la identidad. Unidad en la diversidad es precisamente lo contrario; es reconocer y aceptar con alegría los diferentes dones que el Espíritu Santo da a cada uno y ponerlos al servicio de todos en la Iglesia. Es saber escuchar, aceptar las diferencias, tener la libertad de pensar de forma diversa y manifestarlo. Con todo el respeto por el otro, que es mi hermano. ¡No tengan miedo de las diferencias!'', les pidió.

Al referirse al folleto en el que figuran los nombres de las comunidades de la Fraternidad y que abre con la frase: ''Compartir con todos en la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo'', el Papa destacó que la Iglesia y todos los cristianos necesitan abrir su corazón a la acción santificadora del Espíritu que se revela en Cristo y nos lleva al encuentro personal con él. “¿Vivís esta experiencia? -interpeló- ¡Compártanla! Y para compartirla hay que vivirla y ser testigos de ella”.

“La alabanza es la inspiración que nos da la vida, porque es la intimidad con Dios que cada día crece con la alabanza”, agregó Francisco explicando el ''funcionamiento'' de la vida espiritual con el ejemplo de la respiración humana.

“La respiración -afirmó- tiene dos fases: inhalar, o sea meter el aire dentro y exhalar, esto es, dejarlo salir. La vida espiritual se alimenta, se nutre con la oración, y se manifiesta en la misión: inhalación, la oración, y exhalación. Cuando respiramos, en la oración, recibimos el aire fresco del Espíritu y al exhalarlo proclamamos a Jesucristo suscitado por el mismo Espíritu”.

“Nadie puede vivir sin respirar. Lo mismo sucede con el cristiano: sin alabanza y sin la misión no vive como un cristiano”. Y con la alabanza, la adoración. Se habla poco de adorar. ¿Qué hacemos al rezar? Pedimos cosas a Dios, damos gracias... Pero la adoración, adorar a Dios. Esto forma parte de la respiración: la alabanza y la adoración”, sostuvo.

El Papa subrayó después que fue la Renovación Carismática quien recordó a la Iglesia la necesidad y la importancia de la oración en la alabanza que es “el reconocimiento de la soberanía de Dios sobre nosotros y sobre toda la creación expresado en la danza, la música y el canto. La oración de alabanza nos hace fecundos. Sara se puso a bailar cuando supo que era fecunda ¡a los noventa años! La fecundidad alaba al Señor... Y junto con la oración de alabanza, la de intercesión que hoy es un grito al Padre por nuestros hermanos cristianos perseguidos y asesinados, y por la paz en nuestro mundo, trastornado”.

“La Renovación Carismática es, por su naturaleza ecuménica”, destacó citando a continuación las palabras del beato Pablo VI: “La fuerza de la evangelización quedará muy debilitada si los que anuncian el Evangelio están divididos entre sí por todo tipo de rupturas... El Testamento espiritual del Señor nos dice que la unidad entre sus seguidores no es sólo una prueba de que somos suyos, sino también de que él es el enviado del Padre, criterio de la credibilidad de los cristianos y del mismo Cristo. Sí, la suerte de la evangelización está ciertamente vinculada al testimonio de unidad dado por la Iglesia”.

Por último, Francisco indicó que el ecumenismo espiritual es ''orar juntos y proclamar juntos que Jesús es el Señor e intervenir juntos para ayudar a los pobres, en todas sus pobrezas. Hay que hacer esto y no olvidar que hoy en día la sangre de Jesús, derramada por muchos de sus mártires cristianos en diversas partes del mundo, nos desafía y nos empuja a la unidad. Para los perseguidores, no estamos divididos; no somos luteranos, ortodoxos, evangélicos, católicos. ¡No! Somos uno. Para los perseguidores somos cristianos. No interesa nada más. ¡Este es el ecumenismo de la sangre que vivimos hoy!”.
 
Fuente: AICA

Francisco: La vida cristiana es un combate continuo contra el demonio


“Para ir adelante en la vida espiritual se debe combatir. No es un simple enfrentamiento sino un combate continuo, no contra las cosas pequeñas, sino contra los principados y las potencias, es decir contra el diablo y los suyos”, expresó al papa Francisco en la homilía de la misa matutina, celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta.

El Santo Padre centró su homilía en las palabras de san Pablo que, dirigiéndose a los Efesios, “desarrolla en un lenguaje militar la vida cristiana”. El Pontífice subrayó que “la vida en Dios se debe defender, se debe luchar para llevarla adelante”. Por tanto, se necesitan fuerza y valentía “para resistir y anunciar”. Para “ir adelante en la vida espiritual”, señaló, se debe combatir. No es un simple enfrentamiento, no, es un “combate continuo”. Francisco recordó que son tres “los enemigos de la vida cristiana”: “el demonio, el mundo y la carne”, es decir nuestras pasiones, “que son las heridas del pecado original”. Ciertamente, observó, “la salvación que nos da Jesús es gratuita”, pero estamos llamados a defenderla:

“¿De qué debo defenderme? ¿Qué debo hacer? ‘Ponerme la armadura de Dios’, nos dice Pablo, es decir lo que es de Dios nos defiende, para resistir a las insidias del diablo. ¿Está claro? Claro. No se puede pensar en una vida espiritual, digamos en una vida cristiana, sin resistir a las tentaciones, sin luchar contra el diablo, sin ponerse esta armadura de Dios, que nos da la fuerza y nos defiende”.

San Pablo, prosiguió el Papa, destaca que “nuestra batalla” no es contra las cosas pequeñas, “sino contra los principados y las potencias, es decir contra el diablo y los suyos”.

“Pero a esta generación -y a muchas otras- se les hizo creer que el diablo fuese un mito, una figura, una idea, la idea del mal. Pero el diablo existe y nosotros debemos luchar contra él. Lo dice Pablo ¡no lo digo yo! La Palabra de Dios lo dice. Pero nosotros no estamos tan convencidos. Y después Pablo dice cómo es esta armadura de Dios, cuáles son las distintas armaduras que componen esta gran armadura de Dios. Y él dice: ‘Estén firmes, pues, estén firmes, ceñida su cintura con la verdad’. Esta es una armadura de Dios: la verdad”.

“El diablo -dijo- es el mentiroso, el padre de los mentirosos, el padre de la mentira”. Y con san Pablo, reiteró que es necesario tener “a los flancos la verdad, llevando la coraza de la justicia”. Por lo tanto, indicó que “no se puede ser cristiano, sin trabajar continuamente para ser justos. No se puede”. Una cosa que “nos ayudaría mucho”, afirmó, “sería preguntarnos” si “¿creo o no creo?”. “Si creo un poco sí y un poco no”. “¿Soy un poco mundano y un poco creyente?”. Y subrayó que “sin fe no se puede seguir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús”. “Necesitamos el escudo de la fe”, porque “el diablo no nos lanza flores”, sino “flechas en llamas” para matarnos. Francisco exhortó pues, a tomar “el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”. Y ha invitado a rezar constantemente, a velar “con oraciones y súplicas”:

“La vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima, porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría porque el Señor venció en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, todos somos un poco vagos en la lucha, y nos dejamos llevar por las pasiones, por algunas tentaciones. Es porque somos pecadores, ¡todos! Pero no se desanimen. Valentía y fuerza, porque el Señor está con nosotros”.
 
Fuente. AICA