viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Cómo hizo este cura para salvar la parroquia de la clausura y demolición?

Madrid (España) (AICA): La iglesia parroquial San Vicente de Paúl, en el centro de Marsella, iba a ser clausurada y demolida. Estaba siempre cerrada. Nadie concurría a ella. Como última oportunidad para salvarla, el obispo mandó al padre Michel-Marie Zanotti-Sorkine y le dijo que tratara de abrir las puertas del templo. El padre Zanotti se tomó a pecho esta frase del obispo y la convirtió en su principal objetivo como sacerdote.

Con la consigna “Traer tantas almas para Dios como sea posible”, transformó una iglesia condenada a la piqueta demoledora en la parroquia con más vida de Marsella. Su mérito es aún mayor al considerar que el templo está situado en un barrio con una enorme presencia de musulmanes en una ciudad donde menos del 1% de la población es católica practicante.

¿Cómo lo hizo? Lo cuenta Javier Lozano en una nota que publicó recientemente “Religión en Libertad”, una revista electrónica de Madrid que publica notas y noticias católicas.

Había sido un exitoso músico de cabarets de París
La clave para este sacerdote que previamente había sido músico de éxito en multitud de cabarets de París y Montecarlo es la “presencia”, hacer presente a Dios en el mundo de hoy. Las puertas de su iglesia están todo el día abiertas de par en par y viste de sotana “porque todos, cristianos o no, tienen derecho a ver un sacerdote fuera de la iglesia”.

Su balance es abrumador. Cuando llegó en 2004 a la parroquia San Vicente de Paúl del centro de Marsella la iglesia permanecía cerrada durante toda la semana y la única misa dominical se celebraba en la cripta a la que apenas acudían 50 personas.

Como él mismo cuenta, lo primero que hizo fue abrir el templo todos los días y celebrar en el altar mayor. Ahora la iglesia permanece abierta casi todo el día y hacen falta sillas adicionales para los fieles. Más de 700 todos los domingos, más todavía en las grandes fiestas. Casi 200 adultos se bautizaron desde que llegó, 34 en la última Pascua.

El hecho se convirtió en un fenómeno de masas no sólo en Marsella sino en toda Francia, con reportajes de numerosos medios de todo el país atraídos por la cantidad de conversiones.

El nuevo cura de Ars en la agnóstica Marsella
Una de las iniciativas principales del padre Zanotti-Sorkine para revitalizar la fe de la parroquia y conseguir tal afluencia de gente de toda edad y condición social fue la habilitación del confesionario. Antes de la apertura del templo a las 8 de la mañana ya hay gente esperando en la puerta para poder acudir al sacramento de la confesión o para pedir consejo a este sacerdote francés.

Según cuentan sus feligreses, el padre Michel-Marie está buena parte del día en el confesionario, muchas veces hasta pasadas las once de la noche. Y si no está ahí siempre se lo encuentra vagando por los pasillos o en la sacristía sabiendo la necesidad de que los sacerdotes estén siempre visibles y cercanos para salir en auxilio de todo aquel que lo necesite.

La iglesia siempre abierta
En cumplimiento literal del pedido que le había hecho el obispo de “abrir las puertas de la iglesia”, el tener el templo permanente abierto es otra de sus señas de identidad más características. Esto le generó críticas de sacerdotes de la diócesis pero él afirma que la misión de la parroquia es “permitir y facilitar el encuentro del hombre con Dios” y el cura no puede ser un impedimento para esto.

En una entrevista en televisión afirmaba convencido que “si hoy la iglesia no está abierta es que de cierta manera no tenemos nada que proponer, que todo lo que ofrecemos se acabó. Mientras que en este caso la iglesia está abierta todo el día, hay gente que viene, prácticamente nunca hemos tenido robos, hay gente que ora y le garantizo que esta iglesia se transformó en un instrumento extraordinario que favorece el encuentro entre el alma y Dios”.

El obispo lo mandó a esta parroquia como última oportunidad para salvarla y el cura le hizo caso de manera literal. “Hay cinco puertas siempre abiertas y así todo el mundo puede ver la belleza de la casa de Dios”. Novednta mil coches y miles de peatones y turistas se encuentran con la iglesia abierta y con los sacerdotes a la vista. Este es su método: la presencia de Dios y su gente en el mundo secularizado.

La importancia de la liturgia y de la limpieza
Y aquí está otro punto clave para este sacerdote. Apenas llegó, con la ayuda de un grupo de laicos renovó el templo y la casa parroquial, los limpió y dejó resplandecientes. Para él este es otro motivo de por qué la gente opta por volver a la iglesia. “Cómo va a creer la gente que Cristo vive en un lugar donde todo está sucio y desaseado. Es imposible”.

Por ello, los manteles del altar y del Sagrario tienen un blanco inmaculado. “Es el detalle el que hace la diferencia. Con el trabajo bien hecho nos damos cuenta del amor que manifestamos a los seres y a las cosas”. De manera tajante asegura: “Creo que cuando se ingresa en una iglesia donde todo no hay pulcritud y orden, es imposible creer en la presencia gloriosa de Jesús”.

La liturgia se ubica en el punto central de su ministerio y mucha gente fue atraída a esta iglesia por la riqueza de la Eucaristía. “Esta es la belleza que conduce a Dios”, afirma.

Las misas se celebran siempre con el templo repleto y en ellas hay procesiones solemnes, incienso, cánticos bien seleccionados y bien cantados. Todo hecho al detalle. “Le doy un trato especial a la celebración de la Misa para mostrar el significado del sacrificio eucarístico y la realidad de la Presencia”. “La vida espiritual no se concibe sin la adoración del Santísimo Sacramento y sin un ardiente amor a María”, por lo que introdujo la adoración y el rezo diario del Rosario dirigido por estudiantes y jóvenes.

Sus homilías son también muy esperadas e incluso sus feligreses las cuelgan en internet. En ellas llama siempre a la conversión, por la salvación del hombre. En su opinión, la falta de este mensaje en la Iglesia de hoy “es quizás una de las principales causas de la indiferencia religiosa que vivimos en el mundo contemporáneo”. Ante todo claridad en el mensaje evangélico. Por eso advierte acerca de la frase tan remanida de que “todos vamos a ir al cielo”. Esta es para él “otra canción que puede engañarnos” debido a que hay que luchar, empezando por el sacerdote, para llegar al Paraíso.

El cura de la sotana
Si hay algo que distingue a este alto sacerdote en un barrio de mayoría musulmana es su sotana, que siempre lleva puesta, y el rosario entre las manos. Para él es primordial que el cura pueda ser distinguido entre la gente. “Todos los hombres, empezando por uno que cruza el umbral de la iglesia, tiene el derecho de reconocer y reunirse con un sacerdote. El servicio que ofrecemos es tan esencial para la salvación que nuestra visión debe hacerse tangible y eficaz para permitir esta reunión”.

De este modo, según el padre Michel el sacerdote lo es durante las 24 horas del día. “El servicio debe ser permanente. ¿Qué pensaría usted de un marido que en el camino a su oficina por la mañana se quitara su alianza?”.

En este aspecto es muy insistente: “Los que dicen que el hábito crea una distancia no conocen el corazón de los pobres para quienes lo que se ve habla más que lo que se dice”.

Por último recuerda un detalle importante. Los regímenes comunistas lo primero que hacían era eliminar el hábito eclesiástico sabiendo de la importancia de la comunicación de la fe. “Esto merece la atención de la Iglesia de Francia”, afirma.

Sin embargo, su misión no la desarrolla únicamente en el interior del templo sino que es un personaje conocido en todo el barrio, también por los musulmanes. Desayuna en los cafés del barrio, allí habla y se reúne con los fieles y con gente no practicante. Él los llama, sus pequeñas capillas. Así consiguió ya que muchos vecinos sean ahora asiduos de la parroquia y han convertido a esta iglesia de San Vicente de Paúl en una parroquia totalmente resucitada.

Una vida peculiar: cantante de cabarets
La vida del padre Michel-Marie estuvo siempre en movimiento. Nació en 1959 y tiene orígenes rusos, italianos y corsos. A los 13 años perdió a su madre lo que le causó una “ruptura devastadora” que lo hizo unirse aún más a la Virgen María.

Al tener un gran talento musical, apagó la pérdida de su madre con la música. En 1977 tras ser invitado a tocar en el Café París de Montecarlo se trasladó a la capital donde comenzó su carrera de compositor y cantante en cabarets. Sin embargo, la llamada de Dios era más fuerte y en 1988 entró en la orden dominica por su devoción a Santo Domingo. Con ellos estuvo cuatro años, porque ante la fascinación que le produjo San Maximiliano Kolbe se fue a la orden franciscana, donde también permaneció cuatro años.

Fue en 1999 cuando fue ordenado sacerdote para la diócesis de Marsella con casi cuarenta años. Además de su música, dedicada ahora a Dios, también es escritor de éxito, publicó ya seis libros. Además es poeta.
 
 
Fuente: AICA

jueves, 15 de noviembre de 2012

Detrás de las críticas...

Detrás de las críticas, se esconde la falsa creencia de que somos mejores o superiores que otros.
Cuando critico a otro lo estoy juzgando...
Cuando lo juzgo me ubico en un lugar "superior"...
¿Qué se esconde detrás de esto? criticar = juzgar = ¡arrogancia y soberbia disfrazadas!

Lo mismo ocurre cuando te juzgas a ti mismo: ¡juzgas la creación de Dios!
Reglas fundamentales del amor:
-no intentar cambiar al otro;
-no juzgar;
-respetar y honrar las elecciones del otro.
Comenzando, claro está, ¡por uno mismo!

Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz,
como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación
(Lc 2, 29-30).



Psicóloga Social - Consultora Psicológica (Counselor)
Fuente: http://www.san-pablo.com.ar

lunes, 12 de noviembre de 2012

Benedicto XVI: “Es bello ser ancianos”

Ciudad del Vaticano (AICA): El Santo Padre visitó esta mañana en Roma la Casa Familia “Vivan los ancianos”, de la Comunidad de San Egidio, y en el breve discurso que dirigió a los residentes dijo que iba a ese centro “como obispo de Roma, pero también como un anciano que visita a sus coetáneos. Conozco muy bien -añadió- las dificultades, los problemas y los límites de esta edad y sé que estas dificultades, para muchos, se agravan con la crisis económica”.

“A veces -prosiguió- a una determinada edad, sucede que se piensa en el pasado, añorando la juventud, la energía y los proyectos para el futuro. Y así, la mirada, se empaña de tristeza, considerando esta fase de la vida como el tiempo del crepúsculo. Esta mañana, dirigiéndome idealmente a todos los ancianos, si bien consciente de las dificultades que nuestra edad comporta, quisiera decirles con una convicción profunda: ¡Es bello ser ancianos!

“En cada edad hay que descubrir la presencia y la bendición del Señor y las riquezas que contiene. ¡Nunca hay que dejarse aprisionar por la tristeza! Hemos recibido el don de una larga vida. Vivir es hermoso, también a nuestra edad, a pesar de algún que otro achaque y limitación. ¡Que en su rostro se lea siempre la alegría de sentirse amados por Dios, jamás la tristeza!”.

El Santo Padre recalcó que en la Biblia “la longevidad se considera una bendición de Dios; hoy esta bendición se ha difundido y tiene que verse como un don que hay que apreciar y valorar. Sin embargo, a menudo, la sociedad, dominada por la lógica de la eficiencia y del beneficio, no lo considera como tal; al contrario, lo rechaza, considerando a los ancianos como improductivos, inútiles”.

“Pero, observó el pontífice, la sabiduría de vida de la que son portadores los ancianos “es una gran riqueza. La calidad de una sociedad, me atrevería a decir, de una civilización, se juzga también por cómo trata a los ancianos y por el lugar que ocupan en el vivir común. ¡Quien da espacio a los ancianos da espacio a la vida!”.

La visita de Benedicto XVI se inserta en el Año europeo del envejecimiento activo y de la solidaridad entre las generaciones y en este contexto ha reafirmado que los ancianos “son un valor para la sociedad, sobre todo para los jóvenes. No puede haber un crecimiento humano verdadero, ni una verdadera educación sin un contacto fecundo con los ancianos, porque su existencia misma es como un libro abierto en el que las jóvenes generaciones pueden encontrar indicaciones preciosas para su camino de vida”.

“A nuestra edad -observó- a menudo experimentamos la necesidad de la ayuda de los demás; también la experimenta el Papa. Quisiera invitarlos a considerarlo como un don del Señor, porque es una gracia ser sostenidos y acompañados, sentir el afecto de los demás: nadie puede vivir solo y sin ayuda; el ser humano es relacional. No se descorazonen nunca; son una riqueza para la sociedad, también cuando sufren y están enfermos. Y esta fase de la vida es un don para profundizar la relación con Dios. El ejemplo del beato Juan Pablo II fue y es iluminador para todos. No olviden que entre los recursos inapreciables que tienen a esta edad, está uno esencial: la oración”.

“La oración de los ancianos -finalizó- puede proteger al mundo ayudándolo quizás, de forma más incisiva que el afanarse de tantos. Hoy quiero confiar a su oración el bien de la Iglesia y la paz del mundo. El Papa los ama y cuenta con todos ustedes. Siéntanse amados por Dios y sepan llevar a nuestra sociedad, a menudo tan individualista y partidaria de la eficiencia, un rayo del amor de Dios”.
 
 
Fuente: AICA